Guardiola y Jordi, al rescate del Barça
Pep Guardiola y Jordi Cruyff son dos culés como el que más que, profesionalmente, viven y trabajan lejos de Barcelona. Quizá también es esta distancia, y su conocimiento del mundo del fútbol a primer nivel, lo que les llevó este lunes, en un torneo de golf benéfico que tuvo lugar en El Montanyà, a hacer algunas reflexiones públicas que, tras tanto análisis interesado –aquí y allí- des de la consecución del triplete del Madrid, nos hacía falta escuchar para poner las cosas en su sitio. Ha parecido, de pronto, que Luis Enrique (9 de 13) ha sido un churro, que esta temporada ha sido un fiasco, que el tridente ya no sirve y que a Busquets e Iniesta ya se les ha pasado el arroz. Han tenido que venir Guardiola y Jordi , dos voces respetadas por todos, para poner las cosas en su punto. Vayamos por partes.
El Barça, según , tiene que cambiar “pocas cosas” para volver a ser el mejor de Europa. “Cuando un equipo gana la Copa y lucha hasta el final para ganar la Liga” tiene que pulir detalles. No dijo cuáles son esas pocas cosas a variar, ni le tocaba hacerlo, pero sí hizo una lectura realista de la temporada y recordó que, “en Europa, una mala tarde te puede dejar fuera”. Así lo ha vivido él, en carne propia, aquí, en Múnich y en Manchester. Y tras recordar que la competitividad del Barça en los últimos 15 años no ha tenido parangón, dejó dos titulares que sonaron a aviso para navegantes: “Yo he padecido el Barça de Luis Enrique . Y dos veces. Era un equipo casi imparable”. Y, el segundo titular sonó más a vaticinio: felicitó al Real Madrid, “pero que no se confíen, que el Barça siempre vuelve, siempre vuelve”.
Según Jordi Cruyff , director deportivo del Maccabi de Tel Aviv, se sigue manteniendo el estilo del Barça. No solo con Luis Enrique sino también en la hora de la elección de Ernesto Valverde , a quien bendijo en nombre de su padre. También alabó el trabajo de Robert que “lo está haciendo bien”. Recordó que el verano pasado se ficharon cinco jugadores de 22 años y que su adaptación y rendimiento no tiene que verse al primer año. Gracias por la sabiduría y la memoria.
Esta semana, cuando más se estaba enrareciendo el ambiente, Guardiola y Jordi pusieron sentido común donde no lo había. Visión global. Equilibrio. Conocimiento de causa y un ápice de comprensión. Lo que tantas veces falla en la hipercrítica del entorno culé cuando no se gana. O cuando arrasa un Madrid que, esta temporada, no ha podido ganarle al Barça ni en una sola ocasión. Hacía falta esta visión serena y esta dosis de autoestima barcelonista, caray, que llevamos muchos años disfrutando como nadie. O casi nadie.
Me ha gustado
Vardar y Fenerbahçe, divertida lección
Xavi Pascual, el que más sabe de balonmano, advirtió que la Final Four de Colonia se la podía llevar el Vardar. Sonaba raro apostar por la cenicienta macedonia que, por primera vez en su historia, llegaba a un evento de ese calado. Y el Vardar, contra pronóstico, se llevó el gato agua, rozando la perfección en la portería (con Sterbik), en defensa y en ataque. Pudo con un Barça lastrado por la baja de Anderson y ya en la final se deshizo, incluso, de un PSG que tenía la plantilla con el presupuesto más alto de la historia del balonmano. También en Estambul, en la Final Four de baloncesto, el Fenerbahçe se llevó una Euroliga que parecía pintiparada para el Madrid o el CSKA. A la chita callando, Zeljko Obradovic logró la utopía de hacer campeón, por primera vez, a un equipo turco. Cierto es que tenían el factor pista a favor, pero se habían clasificado en quinto lugar en la asfixiante fase regular. Empezaron a presentar sus credenciales en los playoffs al barrer, por 3-0, al Panathinaikos de Xavi Pascual que jugaba con el factor cancha de su lado. Está bien que, en los grandes eventos deportivos, no siempre gane el favorito ni el que goza de mayor presupuesto. Estas victorias nos reconcilian con el todo es posible.
No me ha gustado
¿Y aquellas dosis de hipocresía juventina?
¿Quién me acompaña un rato a la hemeroteca a releer todas esas columnas de opinión de finales de abril que decían que la Juventus, a diferencia del Barça, se había reforzado tan bien tras la final de Berlín? La eliminatoria de cuartos, saldada por 3-0 a favor del equipo de Turín, sirvió para disparar alto, hacia los responsables de planificar la plantilla del Barça. Ya en ese momento y ante tal argumento, dije que era normal que la Juventus, perdiendo 3-1 una final, buscase más revulsivos que un equipo como el Barça que, en dos años, había ganado dos Ligas y esa Champions. Pero como en el deporte, donde las dan las toman (yo ya me he comido algún artículo) y a la postre muchos dogmas publicados se vuelven contra uno. Así pues, ¿el juguete roto de la Juventus en Gales obedece a haber conjuntado una plantilla imbatible? ¿No tenía que ser una ventaja tan enorme que en la final de Cardiff jugasen solo dos de los titulares de Berlín? La Juventus perdió a Pirlo por edad y traspasó a sus dos estrellas emergentes, como Pogba y Morata, fiándolo todo al oficio defensivo de los de atrás. Esta es la gran planificación que si la hubiese hecho el Barça pediríamos, como mínimo, dimisiones en cascada. Y una moción. Para variar.
Mala leche
1. La caverna, que siempre se negó a etiquetar el Barça de Guardiola como el del mejor futbol de la historia, ahora debate sobre si el Madrid de Zidane es el mejor de todos los tiempos, comparándolo con ese Barça. ¿En qué quedamos? Se les ve el plumero.
2. Por cierto, dos fallos de Alves en la entrega de balón propiciaron los dos primeros goles al contraataque del Madrid en Cardiff. Lástima. Las finales, Dani, se ganan en el Barça.
3. Umtiti cuenta que Luis Enrique les dijo, antes del PSG, que aunque solo quedasen cinco minutos podían marcar tres goles. Queda claro que ante la Juventus, el entrenador se olvidó de repetir las palabras mágicas y por eso no lo hicieron. Plantilla obediente.
Vardar y Fenerbahçe, divertida lección
Xavi Pascual, el que más sabe de balonmano, advirtió que la Final Four de Colonia se la podía llevar el Vardar. Sonaba raro apostar por la cenicienta macedonia que, por primera vez en su historia, llegaba a un evento de ese calado. Y el Vardar, contra pronóstico, se llevó el gato agua, rozando la perfección en la portería (con Sterbik), en defensa y en ataque. Pudo con un Barça lastrado por la baja de Anderson y ya en la final se deshizo, incluso, de un PSG que tenía la plantilla con el presupuesto más alto de la historia del balonmano. También en Estambul, en la Final Four de baloncesto, el Fenerbahçe se llevó una Euroliga que parecía pintiparada para el Madrid o el CSKA. A la chita callando, Zeljko Obradovic logró la utopía de hacer campeón, por primera vez, a un equipo turco. Cierto es que tenían el factor pista a favor, pero se habían clasificado en quinto lugar en la asfixiante fase regular. Empezaron a presentar sus credenciales en los playoffs al barrer, por 3-0, al Panathinaikos de Xavi Pascual que jugaba con el factor cancha de su lado. Está bien que, en los grandes eventos deportivos, no siempre gane el favorito ni el que goza de mayor presupuesto. Estas victorias nos reconcilian con el todo es posible.
No me ha gustado
¿Y aquellas dosis de hipocresía juventina?
¿Quién me acompaña un rato a la hemeroteca a releer todas esas columnas de opinión de finales de abril que decían que la Juventus, a diferencia del Barça, se había reforzado tan bien tras la final de Berlín? La eliminatoria de cuartos, saldada por 3-0 a favor del equipo de Turín, sirvió para disparar alto, hacia los responsables de planificar la plantilla del Barça. Ya en ese momento y ante tal argumento, dije que era normal que la Juventus, perdiendo 3-1 una final, buscase más revulsivos que un equipo como el Barça que, en dos años, había ganado dos Ligas y esa Champions. Pero como en el deporte, donde las dan las toman (yo ya me he comido algún artículo) y a la postre muchos dogmas publicados se vuelven contra uno. Así pues, ¿el juguete roto de la Juventus en Gales obedece a haber conjuntado una plantilla imbatible? ¿No tenía que ser una ventaja tan enorme que en la final de Cardiff jugasen solo dos de los titulares de Berlín? La Juventus perdió a Pirlo por edad y traspasó a sus dos estrellas emergentes, como Pogba y Morata, fiándolo todo al oficio defensivo de los de atrás. Esta es la gran planificación que si la hubiese hecho el Barça pediríamos, como mínimo, dimisiones en cascada. Y una moción. Para variar.
Mala leche
1. La caverna, que siempre se negó a etiquetar el Barça de Guardiola como el del mejor futbol de la historia, ahora debate sobre si el Madrid de Zidane es el mejor de todos los tiempos, comparándolo con ese Barça. ¿En qué quedamos? Se les ve el plumero.
2. Por cierto, dos fallos de Alves en la entrega de balón propiciaron los dos primeros goles al contraataque del Madrid en Cardiff. Lástima. Las finales, Dani, se ganan en el Barça.
3. Umtiti cuenta que Luis Enrique les dijo, antes del PSG, que aunque solo quedasen cinco minutos podían marcar tres goles. Queda claro que ante la Juventus, el entrenador se olvidó de repetir las palabras mágicas y por eso no lo hicieron. Plantilla obediente.
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